Las ostras perleras de labios negros gigantes y sus familiares abundan en las aguas de las Islas Tuamotu
del Sur del Pacífico. Aunque no se sabe con certeza cuándo fueron cultivadas por primera vez, puede situarse
unos doscientos años atras. El uso de estas conchas para el cultivo de perlas es sin embargo relativamente
moderno, datando de 1963 cuando un cientifico nipón probó la técnica en el Atolón Hikueru en las Tuamotu
de la Polinesia Francesa. Doa años más tarde se cosecharon magníficas perlas negras de 13 mm. de diámetro.
Las perlas negras cultivadas tahitianas atrajeron la atención mundial solamente cuando, en 1978, un collar
de una sola hilera alcanzó el extravagante precio de 500,000 dólares US en Nueva York. Fue en ese tiempo
cuando el autor se trasladó a Polinesia a petición del Gobierno para asesorar a las perlas locales, reconociendo
oficialmente su valor y trayéndolas más tarde a Japón, la capital de las perlas.
Hasta ese momento, la perla negra de los Mares del Sur, al igual que la regalada al Papa, era una
rareza con pequeño significado en el mercado mundial, pues sólo se encontraba al natural siendo así muy limitada.
Actualmente, las perlas negras se cultivan en las tranquilas aguas de los Atolones de Tuamotu con la asistencia
de técnicos japoneses en la inserción del nucleo.